Jo, ahora que hacemos. Que ya teníamos
preparada la fiesta de descasamiento y todos los regalos envueltos para
devolverlos.
Que digo yo que si necesitas estar
siete años pensando para tomar una decisión, eso es ser lentito, muy lentito. Y
mas, si lo que tienes que interpretar es la aplicación de una palabra con una
definición muy clara, igualdad, vamos que si todas las españolas somos iguales
ante la ley, todas tenemos los mismos derechos y deberes, todas tenemos derecho
a casarnos con otra persona, que esté dispuesta, claro. Hostia que no estamos
pidiendo casarnos con un perro, aunque la rita, mi perra, seguro que se casaría
conmigo.
A ver, que la ley va despacio, y con la crisis, las gilipolleces que recurre el té -con coñac- party del PP, más. Que la chorrada del artículo 32 sólo decía que la mujer tiene los mismos derechos que el hombre, y no, como en la época en la que gobernaban los padres, abuelos y tíos del PP, que para eso, los mayores del PP ganaron una guerra, no para que los rojos, separatistas y maricabollos de este país se lo destrocen y encima no vayan a misa de 12.
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